Allá en el norteDel disco: Verdades Caminó a cansarse pa´ traer la leñita;
ramas de paráisos, y un atao de marlos;
compró al fiao las patas y el puñao de máices,
y pidió ´e servicio la sal a un paisano.
Prendió fuego a gatas y espantó los perros,
y al llenar la ollita pa´l locrito guacho,
en la repartija de las “curuvicas”
protestó el más grande porque lo olvidaron.
-¡Mama… tengo frío!
-¡Mama…´toy con hambre…!
-¡Mama… deme un poco!
-¡Mama… pa´ mañana si es que sobra, guarde…!
¡Tata Dios, los pobres no deben criar hijos,
Tata Dios, benditos los vientres que nunca
jamás retoñaron,
benditas las carnes que no florecieron,
los senos entecos que no amamantaron!
Música de toses.
Acompaña un perro con aullidos largos.
Afuera, una sombra…¡la que nunca falta,
la enlutada vieja
que llega el invierno visitando ranchos,
por los quinchos rotos
se lo pasa espiando!
¡Cierre la puerta, mamacita buena
degüelle esos perros que le están aullando;
no le rece a nadie, que no está pa´ rezos,
despierte a los chicos con algún engaño,
porque esa ladrona de los nidos pobres
se lleva dormidos los pichones mansos!. |