El agua que era visitaDel disco: Verdades El agua que era visita
se quedó dueña en casa,
y no tenemos ni grasa
pa´hacer una torta frita.
Al reparo la pavita
gruñe cerquita del pie,
y el desteñido caicué
se va solito al galleta.
Si ya la yerba es receta
de algún boticario inglés.
Se achicaron las provistas,
escasean las raiones,
y se tumban los horcones
como si fueran pruevistas;
no se ve ni a largavistas
asao, galleta ni tinto;
hay que hacerle aujero al cinto
pa´ tapar retorcijones.
Esto es peor que diez malones
como dice el viejo Pinto.
No se me ponga a llorar
que va a aumentar la creciente;
piense que en un redepente
se va a poner a bajar;
y otra vez vuelta a quinchear
y a enderezar los horcones,
hacer pasear los talones
pa´ salir del trance fiero.
Aunque esta vida ´e costero
me quedo en los albardones.
Nos sabremos remediar
como en otras anegadas.
Macá chiflando en la helada
es curtido pa´ aguantar
pero puedo asegurar
y por ser terco porfío:
pa´ que no nos mate el frío
si viene otra inundación,
o enaltan el albardón
o lo rebajan al río. |